Con casi un metro de diámetro y un revestimiento de púas, unas boyas esféricas son la última herramienta de la que echa mano el gobierno de Texas para evitar el cruce de migrante indocumentados en el río que separa a México de Estados Unidos.
“Hoy comienza la instalación de una nueva barrera marina”, anunció el viernes pasado el gobernador de Texas, Greg Abbott, como parte de su controvertida operación migratoria “Lone Star”, la cual incluye el traslado masivo de migrantes a ciudades “santuario” de otros estados.
El mandatario republicano compartió imágenes de maquinaria descargando las boyas en los márgenes del río Bravo (llamado Grande en EE.UU.), cerca de la ciudad de Eagle Pass.
El río cubre la mitad este de los más de 3.000 km de la frontera de Estados Unidos y México.
El plan de Abbott es instalar las boyas con púas en una extensión de unos 300 metros cerca de Eagle Pass, que colinda con la ciudad mexicana de Piedras Negras, un transitado paso de migrantes indocumentados hacia EE.UU.
“Estamos asegurando la frontera desde la frontera. Lo que estas boyas nos permitirán es impedir que la gente llegue siquiera a la frontera”, advirtió Abbott.
La instalación de las boyas ha generado protestas de organizaciones de defensa de los migrantes, que advierten que podrían causar muertes por ahogamiento.
“El estado de Texas no está autorizado para construir barreras fronterizas, lo cual es una función de Seguridad Nacional”, le dijo a NPR el politólogo de la Universidad Estatal de Colorado, Stephen Mumme.
Señaló, además, de que supone una violación a los tratados entre Estados Unidos y México
Pero el gobernador dice que tiene derecho a actuar y espera ser apoyado por el máximo tribunal de Estados Unidos.
“Esto va a la Corte Suprema. Texas tiene el derecho constitucional de asegurar su frontera”, tuiteó en respuesta a la noticia de la demanda de Fuentes.
Vía: BBC News